Los evangelios conocidos como apócrifos, comprenden alrededor de 50 textos, escritos algunos en arameo, otros en copto, en griego antiguo, en egipcio, etc.
En 1945 fueron descubiertos por campesinos Egipcios, los papiros de Nag Hammadi, que recopilaban una serie de textos originales, en una forma muy parecida a los cuatro evangelios reconocidos por el cristianismo ortodoxo, con clara expresión del cristianismo gnóstico esencial, prístino, original . Estos evangelios fueron desdeñados por el catolicismo con el nombre de apócrifos (por considerar que “se apartan de la verdad”, al menos la pretendida) considerados actualmente “Evangelios apócrifos gnósticos”, entre los que se encuentran el Evangelio de Tomás, el Evangelio de Felipe, de María Magdalena, el evangelio apócrifo de Juan, el de San Valentín; y para asombro de los intelectualoides de la Era del Kaly Yuga, en pleno 2006, el evangelio de Judas.
La arqueología rasga con la misma brutalidad que la ciencia oficial niega lo divino, los preceptos más acérrimos, las convicciones vueltas tabú de la religionería que ha dominado a occidente por casi dos mil años, a la luz del conocimiento develado en frases y aclaraciones sencillas por el V.M. Samael Aun Weor, mucho tiempo antes que el mismo maestro tuviese la oportunidad de sostener sus afirmaciones con irrefutables hallazgos arqueológicos.
Decía Jesús a sus discípulos en El Evangelio de Tomás: “el reino de Dios esta en ti y a tu alrededor corta un trozo de madera y ahí estaré, levanta una piedra y me encontraras”
La doctrina del SER, la doctrina del Cristo Universal, esa fuerza primordial capaz de engendrar el caos y crear todo lo manifestado, desde las galaxias hasta las partículas subatómicas , no tiene nada de reñido con las doctrinas de la física ultramoderna, con la física cuántica, con la teoría del TODO, del UNO, de la onda –corpúsculo. Pero yendo más allá, el VM Samael agrega un tercer elemento: conciencia, componiéndose todo lo manifestado en materia, vibración y conciencia, paso siguiente en la ignorancia arrogante del homúnculo racional ¿no es la conciencia atómica del mismo chimpancé la que cuestiona y observa, la que niega a la conciencia misma en todo lo que existe y niega entonces la suya propia respaldándose en la ciencia como su principal artificio y ficción? No existe contradicción más bestial a la lógica más sencilla, que los necios postulados científicos.
Simón Pedro les dice en el mismo cuerpo de texto: «Que María salga de entre nosotros, pues las hembras no son dignas de la vida».
Jesús dice: «He aquí que le inspiraré a ella para que se convierta en varón, para que ella misma se haga un espíritu viviente semejante a vosotros varones. Pues cada hembra que se convierte en varón, entrará en el Reino de los Cielos».
Jesús les dijo: «Cuando hagáis de los dos uno, y hagáis el interior como el exterior y el exterior como el interior y lo de arriba como lo de abajo, y cuando establezcáis el varón con la hembra como una sola unidad de tal modo que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina, cuando establezcáis un ojo en el lugar de un ojo y una mano en el lugar de una mano y un pie en el lugar de un pie y una imagen en el lugar de una imagen, entonces entraréis en el Reino».
Con infinita dulzura el V.M. Samael en pleno siglo XX señala el camino del amor a la mujer, el retorno al divino andrógino, en sintonía exacta con el conocimiento más depurado, con el conocimiento que se susurran los Dioses entre sí, con la ciencia de las galaxias que danzan con su sinfonía, develando antiguas y ocultas verdades para mostrar el camino a nuestra maltrecha humanidad decadente. Las palabras de los iluminados son las mismas en todos los tiempos, el mismo conocimiento, diferentes Avataras.
“De todos mis discípulos el mayor eres, brillarás como la principal estrella de la noche” Decía Jesús a Judas Iscariote, el gran iniciado gnóstico, cuando este protestaba por desempeñar el papel del traidor en el Drama universal, el que le había sido asignado por el mismo Divino Maestro. Tomado de el “Evangelio de Judas” descubierto hace apenas un año, pero conocido por la tradición oral gnóstica desde todos los siglos, exaltado nuevamente por el Avatara de la Era de Acuario para los oídos sordos de quienes viendo no ven, oyendo no oyen y palpando no perciben nada.
“Y besaba Jesús a María en la boca, lo que provocaba la irritación de sus discípulos”, a lo que el Divino Maestro respondía:
“Si supieses los misterios del matrimonio no juzgaríais”. Tomado de un párrafo de un vetusto papiro del “Evangelio de María Magdalena”. A nueva cuenta el Venerable Maestro Samael trae a esta humanidad “El Matrimonio Perfecto”, donde profundiza sin ambages, sin tapujos, con lenguaje perfectamente comprensible, llano, directo, sobre el misterio máximo del matrimonio, del amor, de la vuelta al paraíso con nuestra divina esposa sacerdotisa, del eterno culto a la Divina Madre. El culto omnipresente a la gran madre de la fertilidad, la madre de los Dioses, la madre de Cristo, esa fuerza capaz de transformarnos de bestias a hombres.
Sabido es de cualquier estudioso, que las pinturas originales de la Virgen, de los primeros años del cristianismo, la madre de Cristo, rezan en su texto: “Virgen Madre”, no apareciendo el nombre María en ninguna obra original. Incansable el V.M. Samael nos llama a unirnos a la plegaria a nuestra Divina Madre, al culto más esencial en el universo entero, como la gran guía, como otra fuerza primordial mandada a volver conciente cada uno de nuestros átomos, eliminando los valores agregados que constituyen el mí mismo, la falsa creencia en existencia inherente.
El que tenga oídos para oír que escuche, todo está develado. El lugar para el escéptico siempre es la duda, porque ya no queda tiempo para negar lo que es visible, ya no queda tiempo para dudar, ni para hablar.
Las palabras de los iluminados son idénticas en todos los tiempos, al principio y al final de los tiempos. La doctrina esencial ha sido develada, de nuevo, ahora desde los tejados, desde las plazas, en el lenguaje llano y develador del V.M. Samael.
El camino es el que se toma, el que se transita. Las doctrinas y el debate intelectual son mulas estériles.
Rafael Merazo Peralta. ICQ Ilopango, San Salvador, El Salvador.
“Dijo Jesús: «Quien esté cerca de mí, está cerca del fuego; quien esté lejos de mí, está lejos del Reino»” Evangelio de Tomás.
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