Autor: Johfra Bosschart Año 1919-98 Nombre: “Titania”.
Considerando este tema, iniciamos una búsqueda en internet y en fracciones de segundos recopilamos ochenta y un millón de resultados en forma de ideas, “leyes”, hábitos, frases motivacionales, afirmaciones, y estrategias que (según los autores) de una forma u otra garantizan la felicidad, el dinero y el éxito en la vida.
Sin embargo, estudios indican que escasamente una tercera parte de la población se considera “muy feliz”, lo que nos invita a reflexionar: si en realidad hay tantas soluciones a los problemas del éxito y la felicidad del hombre, entonces ¿por qué tanta gente vive infeliz y en miseria? Esta disparidad claramente nos indica que hay que reflexionar en lo debemos considerar como “el éxito” en nuestras vidas.
Evidentemente ser exitosos no es lo mismo a “ser felices”. Hemos conocido familias “exitosas”, adineradas, con buenos trabajos, buenas casas, lujos, y que disfrutan hasta de recibir la veneración de otros, pero que sin embargo no pueden disfrutar de un momento de paz compartiendo ni consigo mismos, ni con los demás. Siempre están en conflictos, siempre dramatizan sus problemas y no se respetan ni entre sí ni a sí mismos. Además, hay otros que viven de forma muy moderada, en casas humildes y sin disfrutar de la última moda, pero entre ellos se aman intensamente y con mucho gusto comparten de lo poco que tienen con un corazón puro, una sonrisa y sin esperar nada a cambio. La apariencia exterior nos llevaría a pensar que la familia rica es más feliz y más exitosa, pero, ¿De qué le valen tantas riquezas si a puerta cerrada lo que viven es un infierno? ¡No vale la pena que nos dejemos llevar por las apariencias!
Es claro que todos necesitamos del dinero, de disfrutar de buena salud y del amor. Sin embargo, en lo que corresponde al éxito, lo común es que, así materialistas como somos, definamos el éxito en base a riquezas y nos olvidemos de cosas tan importantes como el amor y la buena salud. El dinero no es bueno ni malo, todo depende del uso que hagamos de él, es bueno cuando lo utilizamos para el bien y malo cuando lo utilizamos para dañar.
Todos queremos tener éxito en la vida y transformaciones externas inmediatas, de manera fácil y sin mucho esfuerzo, sin considerar que las razones de nuestras dificultades e infortunios existen muy dentro y en la psiquis de cada cual. La causa de nuestra falta de éxito y felicidad en la vida se debe únicamente al bajo nivel del Ser en que vivimos, lo que internamente somos, eso atraemos. Si cambiamos nuestro nivel del Ser en que nos encontramos, (el cual actualmente es muy inferior) a un nivel superior, las causas, las condiciones y las circunstancias que nos rodean también cambiarán a unas más favorables. Un nivel moral superior atraerá a nuestra vida nuevos amigos, nuevas relaciones y nuevas oportunidades que crearán situaciones más favorables en los tres aspectos del dinero, el amor y la salud.
Amigos, si queremos ser exitosos en la vida, debemos conocer nuestro nivel del Ser, de lo contrario la repetición de nuestros dramas, comedias y tragedias continuarán, pero si eliminamos de nuestro interior los defectos de la ira, el orgullo, la vanidad, la maledicencia, la crueldad, el egoísmo, la violencia etc., por ley de afinidades psicológicas nos asociaríamos con gentes más espirituales, más refinadas y esas nuevas relaciones lograrían un cambio económico y social.
Si queremos triunfar en la vida, debemos salir del nivel del Ser inferior que vivimos hoy, es necesario comenzar por reconocer nuestros errores: tenemos que sincerarnos consigo mismos, pues como dijo el gran maestro: “todo aquel que corrige sus errores triunfa inevitablemente”.
Resulta necesario que dejemos de culpar a otros por nuestras malas decisiones y por nuestra mala fortuna y que comencemos a reconocer nuestros propios errores. Cuando los reconocemos podemos corregirlos y como resultado, nos evitamos males peores, podemos formar un hogar feliz y triunfar en la vida. tenemos que reconocer nuestros errores.
Pero hay que hacer más en adición: Dejar de culpar a otros y dejar el mal hábito de estar criticando los demás. Querido amigo: No critique a nadie. Le invitamos a practicar el ejercicio de auto-observación y usted observará de forma inmediata, que en el momento en que alguien le critica, internamente se reacciona con todo tipo de emociones negativas… de forma automática, consideramos que la crítica que nos hacen es injusta, pues al afectar nuestro orgullo y nuestra vanidad lo que surge es el resentimiento.
Tal acumulación de resentimientos nos lleva al camino de la falsedad y la mentira y entonces nos tornamos deshonestos contra la persona que nos ha criticado. En un abrir y cerrar de ojos, por fuera somos dulces y mansos con ellos mientras que, por dentro, desarrollamos una charla interior llena de violencia, con la que arrastramos nuestra víctima a nuestro cuarto de torturas interno, y ahí les desollamos y los maltratamos con nuestros peores pensamientos e intenciones. Por consiguiente, si eso es lo que hacemos de forma individual, ¿Por qué engañarnos pensando que otros están interesados en nuestras opiniones y críticas hacia ellos? El que critica a otros eventualmente se llena de enemigos, y el que no critica, crea un ambiente donde otros se sienten seguros y donde se fomenta el éxito y el progreso. Lo mejor es no criticar.
Por último, aprendamos a ser pacientes. La paciencia nos conduce a la tolerancia, a la comprensión de sí mismos y de los demás. Reconozcamos que para ser pacientes resulta necesario el que reconozcamos nuestros errores, pues corrigiendo nuestros errores nos tornamos más capaces de comprender por qué otros sufren; y esta comprensión en sí misma se convierte en razón suficiente para evitar estar criticando a otros.
Reconozcamos nuestros errores, no critiquemos a los demás y seamos pacientes. Estos tres primeros pasos nos ayudan a ver en todos los seres humanos lo mejor y son fundamentales y de suma importancia para atraer el éxito, la felicidad y la buena fortuna a nuestras vidas. Mas es posible que nos encontremos con el obstáculo de la ira en nuestras transacciones con los demás. Bien sabemos que emociones negativas de la ira como la venganza y el odio nos invitan a criticar y a juzgar a otros al igual que alimentan viciosamente nuestra charla interior, trayendo como resultado la pérdida de todo esfuerzo para alcanzar la felicidad y el éxito. Con esto decimos que si queremos ser felices y triunfar en la vida, debemos dominar el defecto de la ira.
Si usted, querido amigo, encuentra útil el recibir una clave para dominar su ira, aquí compartimos un ejercicio muy eficaz ofrecido por el Venerable Maestro Samael Aun Weor:
“¿Se siente usted irritado o lleno de ira? ¿Está usted nervioso? Reflexione un poco; recuerde que la ira puede provocar úlceras gástricas.
Controle la ira por medio de la respiración:
Aspire muy lentamente (no aspire por la boca; aspire por la nariz manteniendo la boca bien cerrada) el aire vital contando mentalmente 1, 2, 3, 4, 5, 6, retenga ahora el aliento contando mentalmente 1, 2, 3, 4, 5, 6. Exhale ahora el aliento muy lentamente por la boca contando mentalmente: 1, 2, 3, 4, 5, 6.
Repita el ejercicio hasta que pase la ira.”
Que todos los seres sean felices.
Bibliografía: Samael Aun Weor, Introducción a la Gnosis.
Enviado por: Ricardo Santana Laracuente. Phoenix, Arizona, E.U.
"La marcada tendencia a culpar a otros es óbice, obstáculo para la comprensión de nuestros propios errores". Samael Aun Weor.
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